domingo, 3 de febrero de 2008

Mitos y derechos sobre la sexualidad en personas con necesidades físicas especiales


La sexualidad en general, entendida durante mucho tiempo y aún hoy por parte de la sociedad como oscura, vergonzante y pecaminosa, ha sido fuente de muchísimos mitos que en nada han ayudado al conocimiento del sexo.

Pero si muchos son los mitos que envuelven la sexualidad, el número aumenta cuando hablamos del sexo alejado de lo considerado “normal”. Según el estándar social, el sexo “normal” debe ser practicado por un hombre y una mujer jóvenes, heterosexuales y sin ninguna limitación física o psíquica.

Por supuesto el sexo “normal” es aquel en el que se practica un coito y concluye con el orgasmo. Partiendo de estas ideas, tendríamos que suponer que los niños no tienen sexualidad, que las conductas homosexuales no son normales, la masturbación es un mal menor, y los ancianos y discapacitados son una parte de la población para quienes la sexualidad es algo que no va con ellos.

El tema que nos ocupa es la sexualidad en personas con discapacidad física, al respecto Chipouras (citado por Delfín en 1994 y por Cabello 1996) enumera los mitos sobre la sexualidad de las personas con necesidades físicas especiales:
• Los minusválidos son असेक्सुँडोस

• Los minusválidos dependen de los demás y son como niños por lo que necesitan que se les proteja
• La incapacidad física genera incapacidad sexual
• Los minusválidos deberían hacer su vida y casarse con personas como ellos.
• Es esencial para la satisfacción sexual que el coito termine en orgasmo.

• Si un minusválido tiene un problema sexual casi siempre es resultado de su padecimiento.
• Si una persona normal se relaciona con un minusválido es porque el primero no es atractivo para nadie.

Cuando leemos estas afirmaciones y sabemos que efectivamente son muchas las personas que comparten alguna de ellas. Entendemos la exclusión sexual a la que se ve sometida esta población.
Este tipo de mitos y creencias erróneas menosprecian la sexualidad entendida de una manera diferente al estándar y convierte a personas que podrían disfrutar de una sexualidad muy satisfactoria en seres asexuados o lo que es peor en “enfermos desesperados” que a pesar de su problema, aun tienen ganas de pensar en el sexo। Nada más alejado de la realidad, la sexualidad existe en todos nosotros desde el momento en que nacemos y no termina hasta que morimos. Somos seres sexuales independientemente de nuestra procedencia, raza, ideología, edad o condición física.


Fruto del interés científico, el aumento de la consideración hacia la sexualidad, así como las reivindicaciones de personas con necesidades físicas asociadas, hoy día se consideran 5 puntos como DERECHOS SEXUALES DE LAS PERSONAS CON NECESIDADES FÍSICAS ESPECIALES. (Chigier 1972, 1995):

1. Derecho a recibir información sobre sexualidad.
2. Derecho a recibir educación sexual.
3. Derecho a expresarse sexualmente.
4. Derecho a la maternidad/paternidad.
5. Derecho a tener acceso a servicios de ayuda.
Pero a pesar de la importancia de llegar a este punto, de llegar a plasmar y reconocer ciertos derechos sexuales, la realidad es que queda mucho por construir.
Siguen siendo numerosas las personas con discapacidad física que no tienen acceso a la información sexual que necesitan o a la atención sexológica que requieren.

Iniciativas como esta página www.sexualidadydiscapacidad.blogspot.com/o el teléfono de atención gratuito que ofrece: 800 400 300 son, sin duda, avances significativos para lograr que los citados derechos no sean únicamente buenas intenciones, sino también realidades palpables. Recordad, mientras sigamos vivos, podremos disfrutar de nuestra sexualidad.

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